“El nuevo gobierno trajo un cambio radical en sus concepciones políticas y económico-sociales, implementándose un modelo liberal y desarticulándose paulatinamente el esquema intervencionista y dirigista del batllismo.
Instrumento clave fue la Ley de Reforma Cambiaria y Monetaria, declarada asunto político y votada por todo el Partido nacional, el 17 de diciembre de 1959.
Los objetivos de la ley eran.
- Restaurar la situación económica y financiera, a través de:
· La estabilidad monetaria.
· La liberalización del comercio exterior.
· El abandono del estatismo y del dirigismo.
· El equilibrio presupuestal.
· El fomento de la producción.
· El estímulo del ahorro y la inversión.
Sus aspectos más importantes eran.
· Nuevo régimen cambiario.
· Libre importación y eliminación del Contralor de Exportaciones e Importaciones.
· Establecimiento de detracciones a las exportaciones de carne y lana, consistentes en la retracción de un porcentaje sobre el importe de moneda nacional del producido de las ventas al exterior.
· Eliminación de subsidios.
- Fijación de una nueva par para el peso en su contenido de oro.
La par de gr. 0.585018, establecida en 1938, se llevó a gr. 0.136719. Los beneficios obtenidos con esa diferencia se utilizarían en cubrir el déficit del mercado dirigido. Esta devaluación duplicó el precio de la divisa, e implicó una reestructuración de los precios internos, favorable al medio rural.
Se devaluó el peso, llevándose la cotización del cambio oficial de $ 4.11 a $ 11 por dólar –cotización del mercado libre-; se eliminaron los cambios múltiples; se sustituyó el régimen de importación basado en cuotas por depósitos previos y recargos variables; y se establecieron las ‘detracciones’ –descuentos sobre productos de las exportaciones.
(…)
El intento de apertura de las importaciones solucionó los problemas de abastecimiento de la industria nacional, pero tuvo su contrapartida negativa, incrementando sus costos considerablemente, a raíz de la elevación previa del tipo de cambio.
La balanza comercial siguió siendo desfavorable y comenzó a aumentar seriamente su endeudamiento externo.
(…)
También se reestructuró el sistema tributario, estableciéndose el impuesto a la renta, y suprimiéndose unos cincuenta impuestos. Aquel se aplicó a partir de 1961, con la oposición de los sectores batllistas y de los empresarios.
Un problema difícil continuó siendo la inflación que, desde 1949, venía creciendo a un ritmo anual del 8% y en 1959, en un solo año, alcanzó el 24%.
En una tentativa de analizar técnica y científicamente la situación, y preparar proyectos de desarrollo, el Poder Ejecutivo creó, en el año 1959, la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE), cuya primera tarea fue realizar un diagnóstico para, en base al mismo, elaborar proyectos. “ (Reyes Abadie, Washington Melogno, Tabaré – Crónica General del Uruguay. Tomo 7 el siglo XX. Tomo 2. Ed. Banda Oriental. Irigiau, 2001 p. 268)
chupame el huevo
ResponderEliminarMuy bueno!
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