domingo, 7 de octubre de 2012

1er. colegiado blanco. 1958-1962

“La crisis económica, cuyas manifestaciones más salientes fueron el estancamiento y la inflación –con sus inevitables repercusiones sociales- provocó el descontento popular, hábilmente utilizado por la oposición, que se tradujo en la derrota del Partido Colorado en las elecciones de 1958 –luego de más de noventa años en el poder- y el triunfo del Partido Nacional y dentro de él de la fracción herrerista aliada con la Liga Federal de Acción Ruralista, movimiento éste de confusa integración, pero que había logrado en torno a su conductor, Benito Nardote, una entusiasta adhesión de los sectores medios del agro.
            El cambio de los partidos en el poder significó un cambio trascendental en la política económica, dado que los nuevos sectores gobernantes representaban predominantemente a las fuerzas sociales agroexportadoras y en especial a las ganaderas.
            La nueva orientación de la política económica respondió a los intereses específicos de esos sectores y a la visión que tenían del desarrollo del Uruguay, procurando en primera instancia la redistribución del ingreso –hasta ese momento favorable al empresariado industrial, la pequeña burguesía urbana y la clase obrera- en beneficio de los sectores del agro.

(…)
            El acceso del Partido Nacional al poder significó la adopción de la línea del Fondo Monetario Internacional que ya había sido aceptada por otros países americanos y a la que se habían resistido los gobiernos batllistas.
(…)
            La elaboración de la nueva política, en estrecha relación con las orientaciones del Fondo Monetario Internacional, culminó con la aprobación de la ley de Reforma Cambiaria y Monetaria en diciembre de 1959, lo que constituyó un cambio radical respecto a la política que se había aplicado por el anterior gobierno.
            En términos generales, significó la apertura de la economía nacional, con una progresiva reinserción en los canales de la división internacional del trabajo, completada con el apoyo financiero externo.
(…)
            Destacados economistas señalan en relación a la nueva política que:
            ‘La ideología económica reflejada en ella respondía en términos generales a una orientación anti-industrial y antiproteccionista, restablecimiento de las mejores condiciones para el desarrollo de las corrientes tradicionales de exportación, redistribución de los ingresos a favor de la producción agropecuaria, asignación de los recursos internos conforme a los dictados de la división internacional del trabajo y reducción del peso del estado en la política económica del país. O sea antiestatismo, conservatismo político y económico, aceptación de la tradicional estructura agroexportadora, eliminación de las ilusiones industrialistas autónomas’. (Macadar, Reig, Santías. 1971)
            Se ha señalado que la ideología en que se inspiraba era la del liberalismo económico, con el mercado libre y la libre competencia, como reacción contra el dirigismo estatal y el intervencionismo del Estado en la economía, a los que se consideraba causantes de la distorsión de los precios y del sistema productivo. Sus objetivos fueron por lo tanto, restablecer el equilibrio interno y externo mediante la creación de un mercado de cambios libre con tipos únicos y fluctuantes, desmantelando los controles comerciales y cambiarios y dando fin a la tendencia a los acuerdos comerciales bilaterales.
            (…)
            La Ley de Reforma Cambiaria y Monetaria elaborada en el transcurso de 1959 en estrecha consulta con el Fondo Monetario Internacional constituyó el principal instrumento institucional implantado por el gobierno para modificar el comercio exterior. Este había estado regulado desde la crisis de 1930 por un complejo sistema de tipos de cambio múltiples, cuota de importación, contingentaciones, prohibiciones, etc., que permitió el desarrollo del proceso industrializador. La nueva ley desmontaba todo este aparato y lo sustituía por un sistema de cambio único regulado por la oferta y la demanda. “ (pp. 63-66)


            “Las principales medidas de la nueva política fueron: elevación del tipo de cambio oficial hasta la cotización del mercado libre 8el dólar pasó de $4,11 a $11); el mercado único de cambios en el que se podrían adquirir y vender libremente todas las divisas, sin especificación de origen y destino (con excepción de las provenientes de ciertas exportaciones tradicionales cuya venta sería obligatoria en el Banco de la República); libre importación y exportación de bienes y servicios y denuncia de los convenios bilaterales; fijación de recargos a las importaciones, según se tratara de mercaderías imprescindibles, competitivas o suntuarias, no pudiendo el porcentaje máximo sobrepasar el 300%; establecimiento de detracciones en moneda nacional sobre las exportaciones tradicionales que no podrían ser inferiores al 25% ni superiores al 50% en el caso de las lanas sucias; autorización para importar con créditos de proveedores del exterior.”(pp, 66, 67)
(extraído de
Alonso Eloy, Rosa  y Demasi, Carlos Uruguay 1958 – 1968 Crisis y estancamiento. Ed. de la Banda Oriental. Montevideo, 1986)

No hay comentarios:

Publicar un comentario